LAS SEÑALES QUE CONFIRMAN EL MENSAJE

El mandato de Jesús fue “el anuncio de la Buena Nueva”, y agrega la versión evangélica de Marcos (¡que hoy celebramos su día!), que los que creen y anuncien vayan acompañados de “señales” ¿Cuánto vivenciamos de esas “señales”, hoy, luego de 2 milenios? Segundo sábado Pascual Las citas litúrgicas son: 1 Pedro 5, 5-14 Salmo 89 Marcos 16, 15-20 El pasaje de la Primera de Pedro: En la primera epístola de Pedro, se refiere a los jóvenes, pero, en versículos anteriores se refería a los presbíteros y ahora refuerza la relación que debe haber entre unos y otros: presbíteros y jóvenes. Aunque, comienza con una ‘imposición’: “sométanse a la autoridad de los presbíteros”; lo que viene a continuación es más que provechoso: la humildad del servicio mutuo, y la gracia que se recibe de Dios por ello. Habla de ‘humillación’ pero: “bajo la poderosa mano de Dios”. En Dios se deben depositar todas las preocupaciones. La conducta debe ser de sobriedad y atentos, sobre todo: a las tentaciones del Diablo, que hará lo imposible para hacernos caer en sus sigilosas, mortales fauces… No debemos confundir esta persecución del Diablo con las “pruebas o sufrimientos” propios de los “llamados a compartir con Cristo” O sea, que, los llamados a compartir con Cristo, los elegidos, tendrán que pasar sufrimientos, inflingidos, quizá por Dios, pero con un objetivo bien determinado: hacerse perfectos, firmes, fuertes, seguros… (En otras palabras: agraciados, constantes, dinámicos, positivos-convincentes) El Salmo 89 Habla del pacto inicial de Dios con David, el elegido para el reino, y las promesas y condiciones de ese pacto: mantener eternamente su trono y su descendencia. Para mantener el trono, David contará con el Favor y Fidelidad de Dios. Ahora bien, su descendencia debe cumplir también la contraparte del pacto: fidelidad a la Ley, a los mandamientos, a las órdenes (de Dios) so pena de recibir los castigos, palos y azotes por obra de Dios. Luego de esta descripción, el salmista, presenta la realidad actual: el enojo de Dios con su ungido, que es rechazado, desechado, despreciado, descoronado, etc.; o sea toda la serie de desgracias que sufrió el pueblo, a consecuencia de la desobediencia de la descendencia davídica. Dios retiró el Favor a la descendencia de David, y quedaron derrotados, humillados, pobres, desolados, desesperanzados, con la única certeza del sepulcro como fin último. Finalmente, el salmista, eleva su requiebro-reclamo-súplica: “Señor, ¿Dónde están tus Favores pasados que juraste a David por tu Fidelidad? Sabemos que, en Jesús, estos Favores y Fidelidad volvieron, en milagros, señales y poderes inimaginables. El Evangelio según Marcos Es el pasaje final del Evangelio de Marcos, son las últimas palabras de Jesús, su mandato de evangelización y de las señales que las deben acompañar, antes de ascender a los cielos y el brevísimo relato de la evangelización de los discípulos Me quiero detener un breve momento en las “señales” - echarán los espíritus malos - hablarán en nuevas lenguas - tomarán con sus manos las serpientes - si beben algún veneno no les hará ningún daño - pondrán las manos sobre los enfermos y los sanarán Aunque tres de las cinco ‘señales’, nunca fueron atribuidas a Jesús, sino, seguramente a alguno de los discípulos; pues… ¿quién vio, o supo, aunque sea por terceros, de señales tales, reforzando, hoy día, la evangelización? Y me refiero más a la Iglesia Católica, pues los evangélicos sí que le sacan ‘provecho’ al tema de las señales, pero se quedan sin la evangelización… Tan solo el sanar enfermos, ya se considera casi un delito, pues es atribución exclusiva de las ciencias médica. Y la ICAR considera ‘señal’ sólo cuando la ciencia no ha podido sanar (documentadamente). O sea, la misma iglesia, desmerita las señales que deben acompañar la evangelización. Si analizamos cada una de las señales evangélicas, pues… 1. ¿Debemos concluir que, hoy, ya no existen porque no hacen falta? 2. ¿Debemos concluir que, hoy día, ya no hay verdadera evangelización y por tanto, no hay señales? Cualquiera que sea sincero, respondería afirmativamente al cuestionamiento 2, pues, no se puede negar que existen demasiados pobres, enfermos, posesos, etc. que andan por el mundo todo, sin ser auxiliados ni por evangelización ni señal 1. ¿Ya no hay fe, ni en jerarquía eclesiástica ni en laicado, en esa ‘presencia de Jesús y sus señales’? 2. ¿Ya no existe verdadera evangelización? 3. ¿Ya no hay señales, porque, quizá, como en el Salmo, Dios está enojado, y nos ha retirado su Favor? 4. ¿Ya no esperamos las señales, aún necesitándolas? 5. ¿Ya no creemos y por tanto estamos condenados, excluidos de las señales? Seguramente mis amigos evangélicos me contarán de muchos prodigios, generalmente relacionados a posesos, o las ‘sanaciones’ que se transmiten por los medios de comunicación… pero, ¿son de Verdad?, ¿no son más bien un pandemonio de hechicería, comercio, show?, ¿no será que los evangélicos tratan de ‘cubrir’ lo que los católicos no pueden o no quieren o no saben cubrir? Considero que las “señales” deben ser positivas, y reforzar, como bien está descrito en el pasaje, la evangelización. Pero, no sólo deben ser prodigios inexplicables (independientemente que la jerarquía las reconozca), sino, y sobre todo, conducir al creyente a una nueva vida. A UNA VIDA MÁS AGRACIADA, INQUEBRANTABLE, DINÁMICA, CONVINCENTE ¡Buen sábado de María en sábado pascual!