LA PORFÍA DE NO CREER Estamos en el primer sábado de pascua de resurrección Citas bíblicas: Hechos 4, 13-21 Salmo 118 Marcos 16, 9-15 Mi padre solía decir, jocosamente, que los hombres (machos) son quienes más desarrollada tienen la virtud del creer; y fundamentaba su afirmación, diciendo: ¿a cuántos hombres conocen que no creen que el hijo que le presenta su mujer es suyo? Eso ocurría en el siglo pasado, cuando las técnicas científicas daban sólo un acercamiento, si se recurría a ellas; pero en realidad, pocos recurrían a dichos métodos. Mi padre tenía razón, pues el hombre sí tiene confianza y cree muchas cosas sin confirmarlas intelectualmente. Pero, en aquel entonces, había un poco más de seguridad de contexto, las mujeres salían menos de la casa, y estando en la casa, generalmente estaban acompañadas de un familiar o sirvienta, que hacían las veces de nodriza. En el tan polémico caso actual de Paraguay, de la paternidad del presidente Lugo, de ¿una amante… romance… pareja?, no soy experta en la terminología apropiada, pero creo que me entienden… El presidente Fernando, reconoce públicamente, que es padre de un niño, ya de dos años. ¿Demuestra Fernando, una gran capacidad de ‘creer’?, visto desde la perspectiva de mi padre… claro, a menos que, en estos dos años, ya haya, Fernando, recurrido a la ciencia para corroborar su fe En definitiva, se puede decir, que el ser humano cree, tiene fe, en aquello que, por métodos tradicionales o científicos, se pueden probar eventualmente Pero, ¿qué pasa con lo que escapa a lo tradicional y/o científico? La fe, el creer, se zambulle en un intríngulis cuando de asuntos espirituales se trata. ¿Qué es lo espiritual o el espíritu?... existen como 11 definiciones y 20 utilizaciones diversas en el Diccionario Tenemos la capacidad de la cenestesia, o sea: la sensación de la existencia y estado del propio cuerpo, especialmente de los órganos alojados en el abdomen y el tórax, independientemente de los órganos sensoriales externos (los que llamamos 5 sentidos). Al ser una sensación, no necesitamos raciocinar para tener la certeza de nuestro propio interior orgánico. No ocurre lo mismo respecto a lo mental, aunque existe la máxima cartesiana ‘Pienso, luego existo’, pocos son los que pueden afirmar el conocimiento de la existencia de su mente. Actualmente hay una corriente que ha fundamentado que en la mente se albergan conocimientos intelectivos y conocimientos emocionales, éstos a su vez, se relacionan con el ánimo (alma o espíritu). Esta misma corriente científica, trata de probar que existen inteligencias mensurables, que no sólo están relacionadas con la mente y el proceso mental lógico matemático, sino, también otras inteligencias, relacionadas a los órganos de percepción sensorial (por ej.: inteligencia espacial, verbal, etc.) y la relacionada, como dijimos, con los conocimientos conectados a las emociones o ánimo (alma, espíritu). E incluso más: se dice que el género femenino tiene más desarrolladas sus facultades (inteligencia) emocionales. Se puede corroborar, entonces, luego de 2 milenios, que la aparición de Jesús resucitado a las mujeres en primer lugar, vendría a tener un fundamente científico (hay quienes consideran que la Psicología no es rama ‘científica’) Y si usted, se preguntó, al igual que yo, ¿por qué Jesús se apareció resucitado primero a las mujeres?... ya tiene un acercamiento de respuesta en el anterior escueto análisis. Jesús, por tanto, sabía con ‘certeza científica’, que las mujeres no iban a tener problema de verlo como ánima resucitada y corporeizada. Y, por el otro lado, también sabía de la dificultad de los hombres para lo mismo (inteligencia emocional o espiritual); y su correspondiente incredulidad. ¿Han cambiado estas cosas o certezas a través de los siglos? Creo que, muy por el contrario, los hombres, o el género masculino, al ver su debilidad de inteligencia emocional o espiritual, han sometido a las mujeres al mutis y silencio de su superioridad en inteligencia emocional. Lo cual no ha quitado que la mujeres, las desarrolláramos a escondidas, en privado, sin contárselo a los hombres… dada su discapacidad (o capacidad mermada) Hace unos pocos siglos, hubo una persecución muy notable a las llamadas ‘brujas’, a las que imputaban contactos demoníacos, por sus experiencias y conocimientos espirituales (emocionales). Los juicios o procesos estaban en manos de ‘hombres y eclesiásticos’. Hoy día, sigue ocurriendo lo mismo, especialmente en la Iglesia Católica, pues, los que juzgan o evalúan, son ‘hombres y eclesiásticos’… y ¡los resultados son falsos!... ¿o, no?, pues, ¿cómo, uno, menos dotado, puede evaluar a otro (otra) más dotada? Pruebas de sus falsos juicios son, el sacrificio en la hoguera de Juana de Arco, por declarar que Dios le habló y mandó luchar (vestida y armada como hombre) por su nación, Francia, contra Inglaterra, en la guerra de los 100 años, hace 5 siglos… Luego de 25 años, reconocieron su inocencia (o la veracidad de su inteligencia espiritual) y la canonizaron. La prueba más recientemente ‘silenciada’, es el caso de las apariciones de la Virgen de Fátima y sus mensajes, ocultados por casi un siglo, y el mutismo forzoso al que sometieron a la sobreviviente de la experiencia espiritual, sor María Lucía (desconozco su apellido) de Portugal. A sus compañeros de experiencia espiritual, los hermanos Marto, los canonizaron en el 2000, creo, luego de alrededor de 80 años de su muerte En el enlace de de la Congregación para la Doctrina de la Fe, podrán enterarse un poco más, sobre los preceptos para juzgar y evaluar (por los eclesiásticos) las experiencias espirituales http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20000626_message-fatima_sp.html De todo el largo material, rescato el siguiente, que copio: “El Concilio Vaticano II señala tres maneras esenciales en que se realiza la guía del Espíritu Santo en la Iglesia y, en consecuencia, el ‘crecimiento de la Palabra’: éste se lleva a cabo a través de la meditación y del estudio por parte de los fieles, por medio del conocimiento profundo, que deriva de la experiencia espiritual y por medio de la predicación de ‘los obispos, sucesores de los Apóstoles en el carisma de la verdad’ (Dei Verbum, 8).” Cualquier experiencia espiritual de la mujer, deberá ser evaluada por ‘los obispos, sucesores de los Apóstoles en el carisma de la verdad’… Lastimosamente, pareciera ser, que dichos obispos, siguen peor que sus antecesores, los Apóstoles, pues, creen mucho menos, y por tanto, saben mucho menos, y conocen mucho menos en lo espiritual o emotivo. Creo que Jesucristo los sigue reprendiendo por su falta de fe y su ‘porfía’ para creer a los que lo habían visto resucitado Porfía, sinónimos: pertinacia (terquedad), testarudez, ofuscación, contumacia, obcecación, renuencia, cerrazón, aferramiento Hoy día, debe haber muchas mujeres, que no heredaron las cualidades de María Magdalena, María la madre de Santiago y de Salomé; a ellas no les reprende Jesús… Y, nosotras, las mujeres que mantenemos nuestras cualidades espirituales (emocionales), les instamos a redescubrirlas y sentirse nuevamente gozosas en nuestra SUPERIORIDAD FEMENINA. Amen Quizá pueda haber por ahí, alguna botánica, que me pueda explicar esto, que crece en mi jardín… ¿Quizá el Duende no salió, por timidez a la cámara…? Pero, ¡créanlo por emotividad femenina!