¿Y cómo es el cielo de las mascotas?
etc. etc....
Más de uno habrá escuchado este tipo de preguntas de sus hijos, nietos, sobrinos.
Es que las mascotas, especialmente las más apreciadas, como los gatos y los perros, generalmente tienen un tiempo de vida estimado menor al de los humanos.
Ultimamente he visto la publicidad de una agremiación ricachona yanqui que propugna el eslogan 'no somos propietarios de las mascotas, sino custodios'... sinceramente pienso que se quedan cortos, demasiado cortos.
Hasta bien entrada en la adultez he sido fanática de las historias de mascotas del Reader's Digest (Selecciones, en castellano), siempre me hicieron llorar o reír, enternecer o enojar...
Me fascinaba Clarence el león bizco de Daktary.
Desde que 'me siento' hemos tenido gatos y perros en mi casa, y varios murieron a manos de mi padre, uno, el perro Tom, porque tenía síntomas de rabia y lo tuvo que sacrificar y luego de confirmado el diagnóstico, todos los miembros de la casa sufrimos las conocidas vacunas antirrábicas para humanos, esas 15 a 30 dosis que se inyectaban en la panza. También mi papá mató 'accidentalmente' a un gatito que recogí de la calle, todo lleno de pulgas, y como en aquella época no había mucha oferta de los antipulgas actuales, le aplicó gamexán y claro, se murió mi gatito blanco, no recuerdo si tenía nombre.
En mis 5 décadas he tenido muchos gatos y perros, y los he querido a cada uno por sí mismo, es que los animales también tienen su identidad y carácter y claro: su nombre. Aunque más no sea Michi, yo los recuerdo muy bien a cada uno, en sus mañas y gracias.
Esta es Michi
Que fue desplazada por Pipo
Hoy día, con los avances científicos, está demostrado que las mascotas son propulsoras de curas o restauraciones en problemas afectivos, orgánicos y neurológicos; por ejemplo, los niños dawn, los autistas, de las manos de diversos animales (incluso delfines) son pasibles de grandes mejoras emocionales y cognitivas.
Cuando era menor, o antes de ser ama de casa, el peso de las mascotas caía sobre mis padres, generalmente; y cuando me llegó el turno de decidir tener mascotas para mis hijos, convencí a mi esposo de las virtudes felinas, y hete aquí que los primeros gatos del nuevo núcleo familiar, fueron gatas que se instalaban en la casa y luego empezaban a parir gatitos bimestralmente. ¡No se imaginan lo terrible que era tener que 'reubicar' gata y gatitos hijos y nietos!
Con los perros era más o menos lo mismo, porque generalmente teníamos perros hembra y hasta hace unos años vivió mi perra mestiza salchicha, que nos dio la alegría de una centena de crías!
(claro, que esta última, Pepa, era pareja con Pipo, un salchicha macho), y teníamos camadas cada 6 a 12 meses, y nos quedábamos con las crías hasta los 30 a 45 días, la mejor época de los cachorros de perros. Luego les conseguíamos quién los acogiera y ya, de las 100 crías, creo que logramos vender sólo 2. De las 100 crías de Pepa, fui responsable de la muerte de uno, casi recién nacido, resulta que de las primeras camadas, yo era inexperta y mientras hacía la limpieza de la cucha, dejé a los cachorros en una manta en la media sombra, pero luego la sombra se corrió y les dio el sol de lleno, y uno murió por el calor (aunque era invierno).
Pepa y Pipo siempre convivieron con gatos y gatas y las relaciones fueron sumamente cordiales.
Pipo y Grisito
Pero lo más importante fueron las relaciones entre las mascotas y mis hijos.
Tengo decenas de fotos de mis hijos con alguna mascota, y cada uno recuerda anécdotas de cada una de ellas.
Lo que yo quería que mis hijos aprendieran de las mascotas eran el cariño incondicional, las responsabilidades, las lecciones de sexualidad, reproducción y cuidado de las crías y de la madre (perruna y gatuna). ¡Es una escuela que no se da por Animal Planet!... y, por supuesto: la muerte 'de un ser querido'.
Los primeros 'educadores' en muerte, fueron los gatos machos; pues resulta que los machos van de parranda por ahí, y pues ya no regresan.
El primer gato elegido por nosotros fue Grisito, a la madre, Michi, le encontramos otro dueño.
Grisito y Pipo crecieron juntos en graciosa armonía
Cuando Grisito se hizo grande, un día ya no regresó...
Entonces le pedí al veterinario amigo, que me consiguiera otro gatito, que prontamente fue complacido, con un gatito blanco, que luego de tratado contra pulgas, sarna, y desnutrición, se llamó Capullo, vean qué bonito se puso!
Un par de años después, tampoco regresó.
Y vino Irti, de raza siamés, el primer gato de raza pura que tuvimos!
Aquí Irti y Pepa
No sabría decir si por ser de raza pura uno les trata diferente y desarrollan más carácter, lo cierto es que Irti fue un gato con un gran amor, especialmente por mis hijos; lo que no quitaba sus andanzas gatunas por el vecindario.
Una vez le vi ganarle en carrera libre a un perro mestizo de doverman: Irti llegó de la calle, a salvo, en carrera de 100 metros con el perro.
La última vez que bañé un gato fue a Irti, para sacarle el merengue de torta que tenía pegoteado por las patas y el pecho... como si se hubiese zambullido en la torta de cumpleaños de alguien... me sentí tan condolida con la dueña de la tal torta!... ni me imagino cómo me hubiese sentido si me pasara a mí... nunca supe a quién arruinó el cumpleaños.
Para tratar de evitar que Irti fuera a por juerga, le trajimos una gatita de la calle, Aichinjáranga (pobrecita, en guaraní), que quedó en Chin, pero, Irti, al ser tan delicado, se ofendía con ella pues no sabía usar el cubo de arena, y se hacía fuera del cubo, hecho que molestaba en demasía al fifí gato, y un día Chin desapareció, se fue, probablemente echada por el macho educado e higiénico. No olvido los afanes de Irti por limpiar las desprolijidades de Chin con el arenero, ¡la cara de indignación y aborrecimiento que tenía mientras trataba de tapar lo que hizo la gatita fuera del tarro!
Esta fue la última vez que vimos a Irti, había regresado todo herido, en las patas y el cuello, llamamos al veterinario, quien le aplicó unos inyectables y le hizo unas curaciones en la pata, y a las 24 horas se sintió tan bien que salió de parranda y jamás volvió.
Nos tardamos casi un año en 'comprarnos' una nueva gata, de raza siamesa: Patra.
Fue la única mascota que tuvimos por la que recuerdo haber pagado en dinero, buen dinero...
Pero, dio sus frutos, una compañía de 11 años, que se vio truncada hace 10 días.
Patra, era imperfecta, tenía la cola torcida y era ligeramente bizca.
Los primeros años fueron arduos, su primera camada la tuvo con asistencia de uno de mis hijos, pues yo estaba hospitalizada.
de esa primera camada todas la crías fueron mestizas. La segunda camada fueron 4 siameses (había un siamés en el vecindario), la tercera y cuarta fueron nuevamente mestizos; y a la quinta, tuvo un par de cada pareja (un par mestizo blanco y negro, un par mestizo tres colores, un par siamés). El veterinario me había asegurado que sólo al cruzarse con la misma raza nacerían siameses, o de lo contrario serían siempre mestizos... cuando nacieron la quinta camada llamé al veterinario para que viniera a comprobar que su teoría era refutada por Patra... a lo que argumentó: yo no tengo la culpa que tu gata sea tan complaciente, y de el gusto a los tres pretendientes machos, y salga preñada de cada uno. Lo habitual es que elija a uno y con ese se aparee... fue su última preñez concluida, a los quince días de nacidos los mestizos y puros, Patra ya estaba nuevamente preñada y con un severo caso de desnutrición y descalcificación, sólo la pude salvar con atunes en lata, que era lo único que aceptaba. Luego la sometimos a la castración, y se acabaron los gatitos en casa.
Se volvió más hogareña, más dueña de casa, más compañera mía y de mis hijos.
Desde entonces acostumbró a hacerme regalos que me dejaba en la puerta del dormitorio: langostas, cienpies, gorriones, lauchas, mariposas y unas pequeñas culebras o serpientes de pasto (la última está ahí en una cajita) me la trajo de regalo unos días antes de su muerte.
Patra era una gata de poco hablar, maullaba poco y quedo, pero pocas veces dejaba de saludarme al llegar a casa yo.
Le gustaban los mimos de caricias y de palabra, y cuando la mimaba en silencio, acercaba su patita a mis labios, como diciendome que le diga lo linda que era, lo mucho que le quería, lo simpática que me caía.
Cuando se ponía traviesa y parecía sonreír, apuntaba los bigotes adelante...
Mientras escribía en el ordenador, ella se sentaba en mi regazo y ronroneaba quedo y en quietud, sin embargo, a veces, se salía del regazo y ponía las patas en el teclado dejando su mensaje a la humanidad, inentendible, pero un hecho.
Así como el perro de la película 'Todopoderoso', que aprendió a hacer sus necesidades en el inodoro, Patra aprendió a hacerlo en la rejilla de piso del baño, y generalmente en mi compañía... ¿para que me conste?
Patra ha dejado una gran ausencia, y las alimañas están de fiesta...
Mis hijos me han propuesto traerme otro gatito, pero prefiero estar un tiempo así, sin otros felinos, dedicados al recuerdo y al 'duelo' por Patra.
Y sí!, Patra está en el cielo, como todas las cosas buenas de Dios, en un lugar maravilloso, lleno de plenitud y cariño... esa era la respuesta acostumbrada que daba a mis hijos... y ahora me la dan ellos a mí...?
Este dibujo fue mi catarsis en el día que la enterré:
¡Hola Marcrispa!
ResponderEliminarMuy tierno, muy humano. Ese apego y afecto por las mascotas me parecen conmovedores. No tengo mascotas actualmente (sí de niña) pero amo a los perros, y -por lo general- ellos me aman a mí. Tanto que quienes ven como me responden me preguntan si tengo perros en casa.
Las personas son apegadas a sus animalitos, tanto que -recuerdo- cuando tenía preogramas en Radio María, haber recibido una llamada de una oyente pidiendo oraciones para su amado perro enfermo.
Son criaturas de Dios, no las puede abandonar, y muchas veces nos dan mejor trato del que nos dan los humanos.
Un abrazo, Martha
MARCRISPA: Respeto tus cariños a las mascotas, pero ya se ven demasiado por las calles para que también nos las encontremos en el cielo.
ResponderEliminarCreo que hay mucha gente que no quiere más que a su perro o a su gato. Michísima. Y es un síntoma raro...
Un abrazo!
MARCRISPA , muy bueno y bellas fotos , si me enterè del slogan , es cierto se quedan cortos .Quien no sabe a lo largo de la vida de la compalìa de alguna mascota . Yo tuve a Yaki y a Lucy ( perros )uno en la niñez y otro en mi adultez , tambien a Don Tortugoo , y ahora Tuli , tortuga de agua ( ojo las tortugas no las comprè , llegaron de otras manos , y en casa les dimos amor). Lindo post.
ResponderEliminarSaludito
Cris//mujeresdesincuentay
Quizá alguno recuerde el pasaje de Lázaro y el rico, (Lc 16, 19); donde Lázaro fue al cielo y el rico al infierno, pues ahí se relata que Lázaro era consolado, cuidado por perros que lamían sus heridas...
ResponderEliminarO el otro pasaje, en que una pagana le pide un milagro a Jesús para su hija, y Jesús le responde que 'No se debe echar a los perros el pan que es para los hijos' y la madre pagana responde: '...pero los perritos comen las migas que caen de la mesa de sus patrones...' (Mt 15, 21); y Jesús quedó admirado y dijo: 'Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla tu deseo'
Como decía Martha, muchas veces hay personas tan abandonadas como Zacarías, que sólo reciben consuelo (de Dios) a través de los perros.
Y, muchas veces, cuando pedimos algo a Dios, tendríamos que compararnos a nuestras mascotas, que dependen totalmente de nosotros para sobrevivir, y PONERNOS EN MANOS DE DIOS, COMO SI NO PUDIÉRAMOS POR NOSOTROS MISMOS, SÓLO CON LA AYUDA DE DIOS... cual perritos que comen las migajas que caen de la mesa...
Lo que nos enseñan las mascotas es la humildad, la fidelidad, la dependencia a otro ser superior, en el caso de los seres humanos, LA DEPENDENCIA ES HACIA DIOS.
Recordrán también que Jesús decía que si el burro cae en un pozo el sábado, nadie hubiese argumentado el precepto de no hacer nada para sacarlo del pozo... ¿y no se puede curar a una persona enferma en día sábado? inquiría Jesús; si es así, tampoco podemos argumentar, que podemos ayudar/cuidar a las mascotas y no al prójimo.
Y, es cierto, hay demasiadas personas que sólo se ocupan de sus mascotas y ni se interesan por sus más cercanos, padres, hermanos, hijos... los hay!
Pero, también están los que han aprendido gracias a las mascotas, que se puede y debe ayudar al prójimo, pues las personas valen mucho más que un animal.
Hola ,veo que has cambiado mucho "la decoración" ¿también serán temas diferentes a los del otro blog ?
ResponderEliminar¿de mascotas ? he tenido dos perros e lo largo de mi vida ,uno cuando yo era niña ,otro cuando mis hijos eran adolescentes ,una buén recuerdo
Un abrazo
Arcoiris
es una verguenza lo que se gasta y empeña por el cuidado de los animales en comparacion con lo que se hace con las personas.
ResponderEliminartratese que el medico humano vaya a visitar pacientes a domicilio...NOOO!
Los mejores medicos que conosco son los veterinarios, no tienen problema de ir a tu casa, le ven a tu mascota y si queres te atienden a vos aunque no parescas un asno, y hasta te diagnostican y medican mejor y mas a tiempo que los de humanos.
Precioso post.
ResponderEliminarMe gusta al chica de la foto. ¿puedes enviarmela a mi correo electrónico?
Besos
Orestes
Crispa¡¡¡ Mira que ha hecho Orestes mientras yo dormía:
ResponderEliminarhttp://cristoesliberacion.blogspot.com/2010/05/para-una-chica-guay-del-paraguay.html
Y lo peor es que ha cambiado las contraseñas de mi blog....¡¡¡¡
MARCRISPA dijo...
ResponderEliminarAmado Orestes,
¡Vaya!
De orestiadas vienes tú
de orestiadas vengo yo
Eliges una postal que me pinta
sin mis canas
Crees que por tener entonces
menos años y menos canas
no habría pasado, yo, por tragedias
de orestiadas...
Las apariencias engañan
y ya entonces había escapado
de las euménides,
o, si prefieres, 'Del vómito
inmundo expulsado por la Serpiente
de siete cabezas y diez cuernos' (Ap 12,15)
Pensaba yo, que los tres tiempos y medio
serían fáciles bajo la protección...
Pero no, no ha sido tan así.
Se han sumado las tragedias a mi vida
siendo que aún no había vengado,
cual Orestes, la traición a mi familia...
Pero no temas, amado mío,
en el Futuro, tuyo y mío,
está, no la venganza,
sino la JUSTICIA.
Aquella justicia que no tiene
empates de jurados.
No dudes,
no te arrepientas,
sonríe
y ámame
Crispa
14 de mayo de 2010 02:06
Yo tuve un chihuahua era mi mejor amogo,mo companero hibamos a donde sea a cualquier lugar eramos inseparable pero luego me embarace y se me vino los gastos apenas tenia para comer descuide a mo mascota se me lleno de sarna no tuve dinero para curarlo y se me murio le he llorado y le he pedido perdon y ojala en donde este este mejor que conmigo pero que no me odie,que me perdone
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